Cómo cuidar la herida de una cesárea: cicatrización y protección en las primeras semanas

Una cesárea es una intervención quirúrgica importante que atraviesa varias capas de tejido. Aunque en muchos hospitales es un procedimiento rutinario, no debe subestimarse, ya que la herida necesita tiempo y cuidados para sanar correctamente¹. Es normal que muchas madres primerizas concentren toda su atención en el bebé, olvidando a veces que la herida también requiere atención. Sin embargo, especialmente durante las primeras semanas, un cuidado adecuado puede marcar una gran diferencia en la cicatrización.

El proceso de cicatrización ocurre de adentro hacia afuera y puede durar varias semanas, incluso meses. Tras unos 7 a 10 días, la herida puede parecer cerrada desde el exterior, pero el cuerpo sigue trabajando intensamente². Si no se presta la atención necesaria, pueden aparecer infecciones, ralentizarse la cicatrización o formarse cicatrices más visibles³.

Cuidar la herida de la cesárea es fundamental por varias razones. El principal riesgo son las infecciones. Una herida reciente es una puerta de entrada para las bacterias, y tu cuerpo ya está más vulnerable durante el posparto. Aunque tu sistema inmunitario esté activo, es importante estar atenta. Si notas enrojecimiento, calor, hinchazón, dolor, supuración o un olor inusual, debes consultar a un médico³.

El cuidado adecuado también influye en la apariencia de la cicatriz. Las cicatrices gruesas o endurecidas a menudo se pueden prevenir si la herida recibe atención desde el principio⁴. Una herida bien cuidada cicatriza de forma más uniforme, dejando una cicatriz más fina y discreta.

Paso 1: Limpia la herida con suavidad

Tras retirar el vendaje antiguo, limpia la herida con cuidado. El spray Hansaplast para heridas es ideal: es antiséptico pero suave con la piel sensible. Aplica el spray desde unos 10 cm de distancia y deja que actúe brevemente.

Lo que no debes hacer: evita usar alcohol, jabón u otros productos agresivos directamente sobre la herida, ya que pueden dañar el tejido en cicatrización y retrasar el proceso.

Paso 2: Seca la herida correctamente

Después de limpiar, seca la herida con una gasa estéril dando golpecitos suaves, sin frotar. Es importante que la herida esté completamente seca antes de aplicar el siguiente paso, para evitar que se acumule humedad bajo el vendaje.

Paso 3: Cubre con un Apósito XL

La parte más importante: colocar un vendaje estéril que cubra toda la herida. Las cesáreas suelen medir entre 10 y 15 cm, así que lo ideal es un apósito XL o incluso 4XL que cubra tanto la herida como el área circundante.

El tamaño es clave: el apósito debe cubrir toda la herida sin pegarse a los bordes de la piel lesionada. Uno demasiado pequeño puede desplazarse o adherirse a la herida, algo que debemos evitar. El Reductor de Cicatrices XL Hansaplast protege durante el movimiento y reduce la fricción de la ropa, haciendo que tu día a día sea más cómodo.

Paso 4: Favorecer la curación y reducir el riesgo de cicatrices

Una pomada para heridas ayuda a mantener la piel recién cicatrizada y la zona circundante suave e hidratada, contribuyendo a reducir la formación de cicatrices⁴. Además, un apósito para cicatrices puede disminuir la visibilidad de cicatrices elevadas y rojas, mostrando resultados visibles en 3 a 4 semanas.

Una vez que la herida esté completamente cerrada y se retiren los puntos o grapas (generalmente entre 7 y 14 días), es el momento de iniciar el cuidado específico de la cicatriz.

Para favorecer la cicatrización de tu herida, hay algunas prácticas que conviene seguir y otras que es mejor evitar.

Lo que debes hacer:

- Mantén la herida protegida con vendajes estériles.

- Cambia el vendaje a diario o siempre que se moje.

- Usa apósitos XXL o 4XL para cubrir completamente la herida.

- Emplea apósitos impermeables si te duchas.

- Revisa la herida cada día para detectar cualquier cambio a tiempo.

- Usa ropa holgada y transpirable que no irrite la zona.

- Comienza a aplicar pomada para cicatrices tan pronto como la herida esté cerrada.

- Masajea suavemente la cicatriz con la pomada para favorecer una cicatrización más uniforme.

Lo que no debes hacer:

- Usar ropa ajustada o pantalones apretados sobre la herida.

- Levantar objetos pesados durante las primeras semanas (salvo tu bebé).

- Bañarte, nadar o ir a la sauna hasta que la herida esté completamente cicatrizada.

- Aplicar alcohol, desinfectantes fuertes o remedios caseros directamente sobre la herida.

- Fumar, ya que retrasa significativamente la cicatrización.

- Hacer esfuerzo físico prematuro.

- Exponer la cicatriz fresca a la luz solar directa.

Seguir estos consejos ayuda a que la herida sane más rápido, protege contra infecciones y favorece una cicatrización estética y segura.

 

Es fundamental prestar atención a cualquier señal de alarma en la herida. Si notas enrojecimiento o hinchazón intensa, aumento del dolor, sensación de calor en la zona, supuración, fiebre o que los bordes de la herida se separan, contacta de inmediato con tu médico o matrona.

Recuerda: cuidar bien tu herida y actuar a tiempo ante cualquier signo de complicación es clave para una recuperación segura y para garantizar que la cicatriz quede lo más discreta posible. Con los cuidados adecuados y la supervisión profesional cuando sea necesario, podrás centrarte en lo más importante: disfrutar de tu bebé y de tu recuperación.

1. Fundación Piel Sana AEDV.

“Cuidados postquirúrgicos de heridas.”

Fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología y Venereología.

2. SEEN.

“Nutrición y salud de la piel.”

Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición.

3. Ministerio de Sanidad, Gobierno de España.

“Infecciones postquirúrgicas: prevención y tratamiento.”

Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.

4. CILAD.

“Cuidados dermatológicos postquirúrgicos.”

Colegio Ibero-Latinoamericano de Dermatología.