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Consejos para combatir el calor y disfrutar del verano sin riesgos

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Las altas temperaturas, la humedad y la escasa circulación del aire pueden provocar un golpe de calor en el cuerpo1. La ropa inadecuada y la falta de líquidos agravan aún más esta posible carga. El cansancio, los problemas circulatorios y los dolores de cabeza pueden ser consecuencia de la pérdida de líquidos, el sobreesfuerzo y la acumulación de calor en el cuerpo. 

Algunas señales de sobrecarga por calor incluyen agotamiento, náuseas, debilidad circulatoria, aturdimiento, apatía, dolor de cabeza o mareos. Todos estos son síntomas de un posible colapso por calor. En ese caso, debes salir inmediatamente del sol, beber agua y tomar algo salado. 

Especialmente en verano, cuando hace mucho calor, es vital reponer los líquidos bebiendo al menos 1,5 litros al día2. Además de evitar exponerte demasiado al sol. 

1. Beber mucha agua, ¡pero no demasiado fría!

¿Sabías que cada adulto pierde alrededor de 2,5 litros de agua al día a través del sudor, los riñones y los intestinos? Es por eso, que es importante reponer durante el día la cantidad de líquidos que ingerimos. Aproximadamente un litro lo obtenemos a través de los alimentos, y el resto debemos compensarlo bebiendo líquidos. En los días calurosos, se recomienda beber dos litros más de lo habitual. 

Una bebida helada puede parecer muy refrescante en pleno verano, pero hay que tener cuidado. Evita tanto las bebidas muy calientes como las demasiado frías. No combatas el calor con bebidas heladas, ya que tras dos o tres minutos pueden provocarte un episodio de sudoración intensa, empeorando la situación. Las bebidas demasiado frías pueden afectar al sistema circulatorio, ya que el cuerpo necesita equilibrar la diferencia de temperatura entre la bebida y el cuerpo3. Además, el frío provoca una contracción de los vasos sanguíneos, lo que hace que el cuerpo se recaliente aún más. La temperatura ideal para las bebidas es de unos 15 grados. Como alternativa, puedes tomar hasta tres tazas al día de infusión fría de salvia o menta, que ayudan a reducir la sudoración excesiva. 

Como norma, evita beber durante la hora previa a acostarte, ya que el cuerpo no almacena el líquido ingerido en ese momento, sino que lo elimina durante la noche mediante el sudor. 

2. Evitar las comidas pesadas en verano

En verano, la forma en la que comemos cobra aún más importancia. Las altas temperaturas hacen que nuestro cuerpo trabaje más para mantenerse equilibrado, y una alimentación pesada solo lo sobrecarga aún más. Por eso, lo ideal son platos ligeros, frescos y bajos en grasas. 

Evita comidas grasientas, ya que dificultan la digestión y afectan al sistema circulatorio4. En su lugar, opta por recetas veraniegas como ensaladas, frutas o verduras ricas en agua. Estos alimentos no solo refrescan, sino que ayudan a mantener una buena hidratación7

Reduce al mínimo el consumo de grasas en verano: son más propias de los días fríos. Elige carnes magras o pescado blanco como fuente de proteínas más suaves para el estómago. 

Además, comer porciones pequeñas ayuda a que el cuerpo no desvíe demasiada sangre a la digestión, permitiendo que se concentre en regular la temperatura a través de la piel. Con una alimentación adaptada al verano, afrontar el calor se hace mucho más llevadero. 

3. Mantener las ventanas cerradas durante las horas de más calor

Cuando fuera hace calor… ¿qué hacer? ¿Abrir las ventanas o dejarlas cerradas? Aunque parezca lógico ventilar, en verano puede ser contraproducente. El aire del exterior suele ser más cálido y húmedo, lo que aumenta la temperatura y la humedad dentro de casa. Así, en lugar de refrescar el ambiente, solo lo sobrecargas 

Durante el invierno abrimos las ventanas para ventilar con aire frío y seco; en verano, sin embargo, ese mismo gesto deja pasar aire caliente y húmedo que incrementa el calor interior. La mejor opción es ventilar solo en las horas más frescas del día, como temprano por la mañana o al anochecer. Abre ventanas opuestas para generar corriente cruzada y renovar el aire de forma eficaz. 

Y muy importante: apaga el aire acondicionado mientras ventiles. Así evitarás un gasto innecesario de energía y cuidarás del medioambiente. 

4. Oscurecer tu casa durante el día para evitar que suba la temperatura

Uno de los trucos más eficaces para mantener una casa fresca en verano es reducir al máximo la entrada de luz solar directa. Cualquier tipo de cortina, estor o persiana contribuye a bloquear parte del calor, aunque no todos son igual de eficaces. 

Los protectores solares colocados en el interior (como cortinas gruesas) ayudan a bloquear la radiación UV, pero también pueden calentarse y transmitir calor al ambiente. Aun así, es mejor tener un tejido opaco que no tener ningún tipo de sombra. 

Si quieres un aislamiento más efectivo, lo ideal es colocar el sistema de sombreado en el exterior de las ventanas, como persianas, toldos o estores exteriores. Estos elementos devuelven el calor directamente al exterior y ayudan a mantener una temperatura agradable dentro. 

¿Un consejo extra? Baja las persianas justo después de cerrar las ventanas por la mañana. Así evitas que el sol entre en las habitaciones y aumente el calor interior. Oscurecer los espacios es una forma simple y eficaz de mantener tu casa o tu oficina fresca durante las olas de calor.

5. Usar el aire acondicionado con precaución

El aire acondicionado puede ser un gran aliado en los días más calurosos, pero también tiene sus riesgos si no se usa correctamente. Para evitar cambios bruscos de temperatura que afecten a tu salud, la diferencia entre la temperatura exterior e interior no debe superar los 6 °C. 

Evita que el chorro de aire frío apunte directamente hacia zonas sensibles como el cuello, la cabeza, la espalda o el pecho. Esto puede provocar contracturas, dolores musculares o incluso enfriamientos innecesarios. ¿Nunca te ha pasado eso de quedarte con el cuello rígido después de estar bajo el aire? Es por eso, que es mejor prevenir. 

Además, un aire muy frío y seco puede resecar las mucosas de nariz y garganta, haciendo que aumente el riesgo de resfriados, sinusitis o infecciones respiratorias5. Y si estás sudando, ese enfriamiento repentino solo empeora la sensación de malestar. 

Por último, no olvides la limpieza y el mantenimiento regular del aparato. Los sistemas de aire acondicionado acumulan humedad en sus conductos, donde pueden proliferar bacterias y hongos que luego se dispersan por el aire que respiras. 

6. Los ventiladores alivian, pero no enfrían de verdad

Los ventiladores pueden parecer la solución perfecta frente al calor, pero es importante tener claro que no enfrían el aire, solo lo mueven. Lo que realmente hacen es generar una sensación de frescor al favorecer la evaporación del sudor sobre la piel. 

Nuestro cuerpo libera calor constantemente, especialmente a través de una fina capa de aire caliente que se forma sobre la piel. El ventilador rompe esa capa aislante y acelera la evaporación del sudor, lo que da una sensación refrescante temporal. Sin embargo, la temperatura real de la habitación no disminuye, aunque el flujo de aire nos haga sentir más cómodos. 

Eso sí, cuidado con la exposición prolongada al flujo de aire, especialmente si estás sudando mucho. Puedes enfriarte en exceso y acabar con molestias musculares o incluso resfriado. Si eres sensible a las corrientes, úsalo con moderación y evita que el aire te dé directamente durante mucho tiempo.

7. Evitar el alcohol y la cafeína en los días de más calor

Si piensas que un café extra te va a espabilar durante una jornada calurosa, sentimos decirte que es todo lo contrario. La cafeína puede darte un impulso momentáneo, pero tu cuerpo lo paga poco después con un bajón. Por eso, en los días de calor extremo, lo mejor es evitar bebidas con cafeína como el café, los refrescos de cola o los energéticos. 

Y lo mismo ocurre con el alcohol. En verano, altera aún más la circulación, ya que dilata los vasos sanguíneos que ya están más abiertos por efecto del calor. Además, el alcohol aumenta la sudoración, lo que contribuye a la deshidratación y puede poner en riesgo tu bienestar. 

Dale un respiro a tu cuerpo: elige bebidas sin alcohol ni cafeína, especialmente si estás al aire libre o haciendo ejercicio6. Si decides tomar algo, mejor que sea con baja graduación y en momentos del día en que la temperatura ya haya bajado.

8. Usar ropa ligera y transpirable

Cuando aprieta el calor, vestirse con acierto es clave. Pero eso no siempre significa llevar menos ropa, sino elegir las prendas adecuadas. Los tejidos naturales como el algodón, el lino o la seda son ideales: permiten que la piel respire, no se pegan al cuerpo y ayudan a mantenerte fresco. 

Evita los materiales sintéticos como el nylon o el poliéster, ya que retienen el sudor y pueden generar incomodidad al pegarse a la piel. 

Elige colores claros, que reflejan la luz solar y evitan que el cuerpo acumule calor. Las prendas oscuras absorben más el sol, elevando la temperatura corporal. 

Otro consejo importante: apuesta por ropa holgada. Así permites una mejor circulación del aire entre la tela y tu piel, lo que mejora la ventilación natural y te mantiene más fresco. Y si vas a estar bajo el sol directo durante mucho tiempo, protege tu cabeza con un sombrero, gorra o pañuelo. La prevención es clave para evitar golpes de calor.

9. Evitar la actividad física en las horas de más calor

El sol pega con más fuerza entre las 12:00 y las 15:00 horas, y durante ese intervalo lo mejor es tomárselo con calma. Si puedes, haz como los países del sur y permítete una siesta: es una forma inteligente de sortear las horas más sofocantes del día. 

Evita realizar actividad física intensa o ejercicio al mediodía1, ya que durante ese tiempo el cuerpo sufre más para regular su temperatura y el riesgo de sufrir un golpe de calor aumenta considerablemente. 

¿Te apetece moverte? Entonces mejor aprovecha las primeras horas de la mañana para hacer yoga, estiramientos suaves o simplemente caminar. Y si prefieres hacerlo por la tarde, espera a que el sol empiece a bajar para salir a dar un paseo tranquilo o hacer senderismo ligero. 

Escuchar a tu cuerpo y respetar sus límites con el calor es esencial para mantener el bienestar en verano. 

10. La clásica forma de refrescarte: ¡un buen baño!

Cuando las temperaturas suben, nadar o darse un chapuzón sigue siendo una de las formas más agradables de refrescarse. Pero ¡ojo! Hay que hacerlo con precaución. Entrar de golpe en agua fría estando sobrecalentado puede provocar un choque térmico y, en casos extremos, incluso un colapso circulatorio. 

El riesgo es mayor si has estado mucho tiempo tumbado al sol. Por eso, antes de sumergirte en agua fría, dúchate con agua templada o fresca para preparar tu cuerpo gradualmente. 

Y recuerda: nunca entres al agua si has consumido alcohol. Puede afectar tu capacidad de reacción y aumentar el riesgo de accidentes. 

¿Y si te haces una herida mientras disfrutas del agua? No te preocupes: con los Apósitos Hansaplast Aqua Protect XXL resistentes al agua, estarás protegido incluso mientras nadas. Son ideales para cubrir pequeñas heridas sin renunciar a un buen baño.

11. No tengas prisa: prepárate con antelación para el calor

Como ves, hay muchas formas eficaces de mantenerte fresco y protegido durante los días más calurosos. Eso sí, enfriarse correctamente también requiere planificación. 

Lo ideal es que comiences a tomar medidas antes de que llegue el calor extremo. Si te anticipas, protegerás mejor tu salud y tu bienestar, evitando sustos innecesarios. 

Con estos consejos y un poco de previsión, ya estás listo para disfrutar de todas las actividades que ofrece el verano… ¡sin derretirte en el intento! 

Desde Hansaplast, te deseamos un verano seguro, saludable y lleno de buenos momentos. 

Referencias

¹ Ministerio de Sanidad de España. “Ola de calor: recomendaciones para proteger la salud.” 2023. https://www.sanidad.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/PlanAltasTemperaturas/Recomendaciones.htm

 

² Cruz Roja Española. “Hábitos saludables ante las olas de calor.” 2022.
https://www2.cruzroja.es/que-hacemos/salud/habitos-saludables-ante-las-olas-de-calor

 

³ Clínica Universidad de Navarra. "Es saludable beber agua muy fría cuando hace calor? 2023. https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/sintomas/bebidas-frias-verano

 

Ruber Internacional – Quirónsalud. “Alimentación saludable en verano: consejos y recetas para sobrellevar el calor.” 2022.
https://www.quironsalud.com/blog-rbi/es/cuidate/alimentacion-saludable-verano-consejos-recetas-calor

 

Organización Mundial de la Salud (OMS), vía CILAD. “Consejos para protegerse del calor.” 2022. https://cilad.org/oms-consejos-proteccion-calor/

⁶ Ministerio de Sanidad. "Plan Nacional de actuaciones preventivas de los efectos del exceso de temperatura sobre la salud". https://www.sanidad.gob.es/areas/sanidadAmbiental/riesgosAmbientales/calorExtremo/publicaciones/docs/medidasGenerales.pdfMinisterio de Sanidad+10Ministerio de Sanidad

 

Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).La alimentación como vía de hidratación en verano.” 2019. https://semg.es/index.php/noticias/item/442-noticias-20190730

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